Viajamos en un taxi que huele demasiado a perfume de mujer.
El chofer habla de futbol y nosotros sólo asentimos de vez en cuando.
No hemos abierto el sobre pero la palabra POSITIVO puede leerse a contraluz.
El taxista dice que hacemos bonita pareja, le chulea los ojos a ella y dice “No se crea joven” sonriéndome a través del retrovisor.
Ella vuelve a mirar el sobre en su regazo y aparta los ojos de golpe, me toma de la mano e inmediatamente la suelta.
Pienso en abrazarla pero no quiero que el taxista piense que lo hago por su comentario. Me quedo quieto y clavo los ojos en el parabrisas.
Los coches se ensamblan uno tras otro en una hilera que se pierde en una serie te puntos luminosos en la lejanía.
El taxista dice algo que no capto y después enciende el radio.
El aparato escupe la narración de un partido. –Mire, le digo que tienen miedo, ahí ya hubiera sido gol de Guardado. Ese es el problema de los mexicanos, somos muy machines y muy chipocludos, y a la mera hora se nos abre.
Sonrío mecánicamente y asiento. –Está cabrón –digo.
A mi costado, escucho que ella hurga en su bolsa pero no me atrevo a voltear.
Alcanzo a ver que saca sus lentes oscuros y sé que se los pone para poder llorar.
El taxista frena bruscamente y saca la cabeza por la ventana para mentarle la madre a otro conductor. Vuelve a poner el vehículo en marcha. –Discúlpeme joven, pero es que hay cada pendejo.
Ella ahoga un sollozo y el taxista vuelve a mirarme por el retrovisor –Entonces qué ¿ya a descansar?
Me encanta la foto, y también el aire costumbrista de la entrada.
ResponderBorrary a la mera hora... muy buena defensa por profanar lo mas delicado que tenéis al lado...
ResponderBorrarmuy muy bueno maestro!
ResponderBorrarabrazo
MANÚ
ResponderBorrarP. de V.: NEGRA