Primero la turbulencia como señal de que toda fe ha sido abandonada. Mantenga la calma, libere la orina con olor a antibióticos. Respire, déjese morir a través de la manguera de suero. Afuera está la sala de espera blanca y los muñecos de Lego representando el fastidio, afuera las Cosmopolitan de hace 6 años. Abra la boca grande y tráguese las píldoras. Póngase en manos de los guantes de látex, quédese con los relojes de manecillas negras y las tarjetas de colores, con el nombre de su primer hijo en la punta de la lengua. Quédese con el desinfectante. Deje que más allá de la ventana prosiga el juego que usted ya perdió. Deje que el contador de CONTINUE descienda hasta llegar a cero. No inserte otra moneda en la ranura, no tiene caso.
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NOTA: Goear.com, la página que utilizo para poner música en los posts, está desactivada. Así que este post no tendrá canción, les recomiendo leerlo escuchando Black sheep de Metric, o si quieren les canto.
Me gusta mucho este post, está cargado de esa ironía tuya que me encanta, y ese retrato de la realidad un tanto ácido pero, no sé, muy sabroso. Me encanta sobretodo la parte final, lo de dejar el contador bajar hasta cero y no tratar de meter otra moneda. Una nueva obra maestra, amigo
ResponderBorrarAbrazos desde aquí.