Despertar 27

Z despierta el cuarto día ya hecho a la idea de que K no llamará más. Hace acopio de fuerzas y tira el cadáver del pez por el escusado. El sol entra por la ventana y esto lo amarga aún más.
El primer sorbo de café le sabe a fierro.
Con la taza aún en la mano, Z entra bajo el chorro helado de la regadera y se esfuerza por pensar en alguna razón válida para salir a la calle y hacer lo que le toca. No se le ocurre ninguna.
Se viste para el trabajo y abre la computadora. En su bandeja de entrada un sólo correo: “Hola Z, 600€ han sido depositados en tu cuenta de CasinoMeister.com, para empezar a ganar apuestas sólo da click en la siguiente dirección…”
Z borra el correo, ahora está convencido de que apostar es perder.