Se escucha como una gota de lluvia.
Z levanta los ojos del monitor y mira una mancha blanca y verde que se escurre despacio a lo largo de la ventana.
En segundo plano, ve una paloma que aterriza en la azotea del edificio de enfrente.
Después el director de área lo llama a su oficina y le grita durante siete minutos todos los eufemismos que conoce para incompetente, agita un folleto ante su cara y le pregunta cómo es posible.
Z no tiene idea de qué habla pero no le parece conveniente decírselo. El director parece leerle la mente.
–Dejaste pasar una falta de ortografía que se imprimió a nivel nacional.
Z toma el folleto y por más que busca no encuentra nada.
El director le adivina el pensamiento de nuevo, le arrebata el folleto y le señala una esquina.
Z se da cuenta de que hay una palabra con acento de más. Asiente con la cabeza.
El director le grita otros cuatro minutos sobre lo grave de la situación.
Z trata de imaginar a cientos de niños muriendo de hambre debido a su acento extra y no lo consigue.
Al final el director le dice que regrese a su escritorio y que después tendrán una plática muy seria con el presidente de la empresa.
Z vuelve a su lugar y mira la mancha blanca y verde que ha comenzado secarse del otro lado de la ventana.
Mientras escribe otro comercial de televisión satelital, concluye que dentro de su oficina llueve más mierda que afuera.
en todas las oficinas llueve más mierda que en la calle, y en las escuelas, y en los talleres.
ResponderBorrarLa verdad es que hay mucho capullo suelto en las jefaturas de empresas que son capaces de sacarte los ojos por cosas más nimias aún.
ResponderBorrarLo de la mierda es verdad. Pero no depende del lugar en sí, sino de la persona que lo dirige. Esa misma empresa en la que trbajas podría ser tu segunda casa con la persona correcta en la cabeza. no?