epígrafe

Jesús es la respuesta
siempre y cuando
la pregunta no sea
cuál es el peso atómico del cadmio.

–Ángel Ortuño.

17 de enero de 2009

How sexy am I now, flirty boy?

......................FOTO: Juls © Ruy Rodriguez, 2008

Se estacionaron afuera del merendero, el coche ya venía humeando y el que manejaba se quedó tratando de arreglarlo, los otros dos no se fijaron en mí cuando entraron.
El gordo pidió una Miller y se sentó en la barra junto al tipo de chamarra negra. El otro fue directo hacia la mujer del tatuaje que bailaba frente a la rockola.
Dejé el periódico y unos billetes sobre la mesa y salí.
Esperaba que la camarera viera las fotografías de la primera plana cuando fuera a recoger la taza, pero para cuando llegué a mi coche ya sonaba el primer disparo.

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Me arrestaron en la carretera al día siguiente, el tipo que dejaron vivo dijo que yo había estado en el merendero, que salí y no intenté llamar a la policía.
En Nuevo México es delito presenciar un crímen y no hacer lo posible para impedirlo. Ahora cumplo una condena de cinco años en la Prisión Estatal de Batonga bajo el cargo de ocuparme de mis propios asuntos.

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En mi celda tengo un comic de los Cuatro Fantásticos. Lo he leído por lo menos dos veces al día desde hace dieciocho meses.
En una de las viñetas, Galactus arroja a la Antorcha Humana contra un coche en movimiento.
Desde hace semanas pienso en el tipo que iba conduciendo, en lo mucho que nos parecemos, en lo terrible que es ir pensando en el dinero de la renta cuando una bola de fuego se abalanza sobre tu vida y la quema hasta las cenizas.

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Ayer fue miércoles, los miércoles a las cuatro nos dejan salir al patio, a las seis vuelven a encerrarnos. Son dos horas de sol a las que tenemos derecho cada semana. Para mí, la vida transcurre en esos lapsos de dos horas y entre cada uno hay nueve mil novecientos sesenta minutos que cuento uno por uno.
Ayer fue miércoles y McClusky ordenó que no nos dejaran salir de las celdas
Mickey y Mallory fueron transferidos a Batonga, a la zona de máxima seguridad.
Yo miro por milésima vez como la Antorcha Humana le arruina la vida un pobre diablo y cuento nueve mil novecientos sesenta, nueve mil novecientos cincuenta y nueve, nueve mil novecientos cincuenta y ocho…

8 comentarios:

  1. uff quiero volver a ver esa pelicula

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  2. Anónimo22:05

    No sé por qué sospecho que ese rostro combina a la perfección con aquellas piernas tatuadas australianas.

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  3. si, estás cambiando... me gusta lo de los segundos

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  4. Es terrible, hermano. ¿Sabes? Tengo cuentos, no śe si puedas, a dónde te los mando.

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  5. Porqué este terquísimo amor de ser extras en las películas, en las historias?
    Diría que por convertirnos a extras, pero ni siquiera estamos en la locación ni en el staff.

    Nos gusta ser la historia que nadie cuenta porque no tenemos que contarla . . .
    s i l e n c i o

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  6. Xoconoxtle: Mándamelos a eccehumo@gmail.com con la dirección de tu blog, porque aekana.net me redirecciona.
    Un abrazo hermano.

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  7. Anónimo16:29

    Cuídate de los osos polares y las ballenas atrapadas en hielo.

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  8. alvaro13:55

    Quien és la chica de la foto?! Es guapisima

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