epígrafe

Jesús es la respuesta
siempre y cuando
la pregunta no sea
cuál es el peso atómico del cadmio.

–Ángel Ortuño.

11 de diciembre de 2012

Hazmat




Empezó hace catorce meses
cuando tu madre amaneció con la mitad del rostro paralizado
Con la sonrisa torcida y la mejilla inerte que besabas al despedirte
Empezó con el ojo que no parpadeaba

Lo siguiente fue envolver las cosas en periódico
ponerlas en cajas
un contrato de renta con tu nombre mal escrito
comprar detergente para trastes
amanecer con una mujer todos los días durante seis meses

Cambiar los libros por seis mil pesos
electrodomésticos
focos ahorradores
whiskey con tonic
a las siete de la mañana del martes

(lo difícil que es no tener microondas)
(lo difícil que es sacarle una sonrisa a la casera)

Estirar la quincena
dejar de comprar
cajetillas coleccionables-bien-chingonas

(cheques que no se pueden cobrar sino hasta el lunes)
(cheques con tu nombre mal escrito)

Decirle a la gente que acabas de bostezar
cuando preguntan por qué lloras
pasar la noche de año nuevo viendo Volver a futuro 3
no querer coger por masturbarte frente a la pantalla de una computadora

Fingir que te quedas dormido en la sala para que las visitas se vayan
cuatro muelas distintas que se turnan para doler
no dormir por las noches
(dejar la televisión encendida)

Fumar en la azotea del onceavo piso en horas de trabajo
desprender capas de impermeabilizante con las uñas
pasar el día esperando la hora de salida
para ir a casa y dormir
y empezar todo de nuevo

Entrar en los supermercados
destapar los aromatizantes que compraba tu madre
para olerlos
para sentirte un poco en casa

Volver a las cajas
a los sillones de amigos
a la comida que no necesita refrigeración
a lavar la ropa en la regadera

Hacer buches con Bacardí a las tres am para aplacar el dolor de muelas
empujar la encía con la lengua
pensar en las palabras
pérdida total

Subir nueve pisos en elevadores que huelen a perfume de Avon
salir a buscar mujeres
contener la respiración en los orgasmos y fumar
y quedarse callado

Cortarse las uñas en los vagones del metro
usar los mismos pantalones
hasta que se ensucian de mostaza

Despertar con el ruido de los motores
con el carbón de los anafres

Dormir en los autobuses

para no ceder el asiento

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