epígrafe

Jesús es la respuesta
siempre y cuando
la pregunta no sea
cuál es el peso atómico del cadmio.

–Ángel Ortuño.

7 de julio de 2010

Cuarto círculo del infierno: Clínica 32 del IMSS




[para el Doc: –Hola mis amigos. –¡Hola Doctor Diego!]

El cuarto círculo del infierno es el grito de Z que siente lumbre al orinar y después ve sangre serpenteando en el escusado.
Recorrer la madrugada buscando clínicas del IMSS con enfermeras que ven papeles y sellan y dicen: la que le toca es la clínica 8, la clínica 7, la cínica 32.

En la fila de triaje hay un niño que no ha cumplido los dos años. Mira a Z con unos ojos enormes, no llora. Su madre le dice a la enfermera que tiene mucha fiebre.
Z le devuelve la mirada al niño que abre la boca y estira el cuello tratando de morder un poco de aire. Los labios se le agrietan.

Z vuelve a ver al niño de los ojos grandes en la fila para tomar signos vitales y después durante cinco horas en la sala de espera. Luego la madre lo lleva al interior de uno de los consultorios y Z le dice adios con la mano.

Cuando el médico por fin revisa a Z sólo le da un par de golpes suaves a la altura de los riñones, pregunta si duele y después le da un papel en el que se intuyen las palabras Infección de las vías urinarias y lo manda a otra fila para recibir una inyección y un frasco de pastillas.

Justo antes de que le toque el turno, Z ve salir de la clínica al niño de los ojos grandes en brazos de su madre.
Z piensa que debería de haber más hombres con el carácter de ese niño.
Afuera empieza clarear.
El niño lloró tres veces en toda la noche.
Z sólo dos.

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