Máquina de fumar,
máquina de hacerse pedazos.
Mitad hombre y mitad
ganas de quedarse en la butaca
hasta el final de los créditos.
Se dijo de él
que de pequeño se ponía espejos
en los calzones,
que en el jardín de su abuela, sembró
teléfonos que nunca dieron línea.
Que a escondidas
se creía más que Noel Gallager
quien se creía más que John Lennon
quien se creía más que un carpintero.
La verdad es que
sólo fue rey de focos fundidos
una noche
en una partida de pócar.
Su único talento
fue hablar como caracol,
oficio que ejerció hasta el último cenicero.
Los que lo conocieron,
sabían de su afición
a empolvar los muebles
y depredar a las hormigas.
También es cierto
que durante su adolescencia
tragó rieles como vagón de metro,
fue semáforo de dos luces
y se vestía de balacera
para salir los viernes.
Aquí descansan pues
los restos de Ánuar Zúñiga Naime
probablemente libres
de toda teoría.
No mueras, yo aún te necesito.
ResponderBorrarL.A.
Restos libres de teoría,
ResponderBorraradolescencia metro y luces de balacera. Afición a muebles y hormigas, rey de pokar y caracól en cenicero. Espejos de telefonos se creía, fumar pedazos de butaca.
esta parte esta muy cabrona amigo¡
ResponderBorrar"La verdad es que
sólo fue rey de focos fundidos
una noche
en una partida de pócar."
SOLO FUE REY DE FOCOS FUNDIDOS
me gust el pedo de los telefonos también. Lo siento como un texto dislocado, verdaderamente incomodo para el lector . . .bueno¡!
Este sí que me gusto. Algo distinto. Refrescante.
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