La primera mañana teníamos los ojos puestos en la pesadilla del cielo
en el tránsito de las manecillas.
Los hombres con tapabocas azules miraban temerosos por encima del hombro y en todas las letras había algo que no se dejaba escribir.
Afuera estaba el periódico (postal del miedo) recargado contra la puerta.
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A dios no le gustan los efectos especiales. No hay zombies corriendo por las calles ni la niebla morada que voltea a la gente al revés. No hay máquinas que vienen del futuro para decir come with me if you want to live.
Dios no ve televisión.
Moriremos de gripa y de aburrimiento.
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Paso horas mirando por la ventana que da al pasillo del edificio.
Angélica me pregunta qué hago. Estoy viendo el fin del mundo. Digo.
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Camino los cinco kilómetros hasta la casa de Jorge. Hace dos meses que no hay transporte público.
Me recibe en la puerta y me abraza cuando me ve.
Subimos al distribuidor vial y vemos la ciudad vacía. Prendemos cigarros y la fiebre nos acaricia la cabeza, se nos asoma en el aliento acre y tibio. Mi garganta emite un silbido desagradable cuando respiro. Con un hilo de voz, Jorge repite la frase de Watchmen que me dijo el día que lo conocí: Never compromise, not even in the face of armaggedon.
Encima de los edificios, el sol que es el ojo de dios nos mira sin parpadear.
Moriremos de gripa y de aburrimiento.
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Paso horas mirando por la ventana que da al pasillo del edificio.
Angélica me pregunta qué hago. Estoy viendo el fin del mundo. Digo.
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Camino los cinco kilómetros hasta la casa de Jorge. Hace dos meses que no hay transporte público.
Me recibe en la puerta y me abraza cuando me ve.
Subimos al distribuidor vial y vemos la ciudad vacía. Prendemos cigarros y la fiebre nos acaricia la cabeza, se nos asoma en el aliento acre y tibio. Mi garganta emite un silbido desagradable cuando respiro. Con un hilo de voz, Jorge repite la frase de Watchmen que me dijo el día que lo conocí: Never compromise, not even in the face of armaggedon.
Encima de los edificios, el sol que es el ojo de dios nos mira sin parpadear.
Dios dirá.
ResponderBorrarAbrazo, hermano.
dios ya dijo
ResponderBorrarmás bien nadie quizo escuchar....
tranqui tranqui todavia no es el fin del mundo
ResponderBorrarsólo la verdad nos salvará... y el amor, la confianza y la armonía; si las instauramos ya chingamos
ResponderBorrarAún es tiempo
digo, es una sugerencia...
ResponderBorrarno mames con el méxico!!!!
ResponderBorrarno sabía que el fin del mundo incluía mongolismo en algunos de sus habitantes
jajaja. A mí me parece que en efecto Dios es muy conserrvador: nos quiere destruir lenta, muy lentamente.
ResponderBorrarGrrr Dios ni da chance de ser el heroe y matar zombies bastardos sin remordimiento... solo moriré de aburrimiento y loca por estar 24/7 con la familia... jaja
ResponderBorrarAquí huele a zombie, alguna relación con él?
ResponderBorraraaaaAhhhhh.
A dios no le gustan los efectos especiales.. damn...a dios no le gustan muchas cosas
ResponderBorrargracias por esto.....
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